jueves, 7 de abril de 2011

La inspiradora azotea del Círculo

Cada piedra de granito era como mi casa. Desde la época de las bailarinas de purpurina plateada, pasando por la carpeta con dedicatorias y fotos de la Superpop, siguiendo con las zapatillas hechas trizas en el patio y mucho más allá. Incluso la época de reprografía, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábados locos y cineuropa rollo P&P. Todo ese tiempo el granito fue como mi casa, y lo sigue siendo.

Y hoy tranquilamente en la azotea del Círculo trasladé al skyline de Madrid el mapa mental de la ciudad que ha sido mi casa también en los últimos años. Es una casa con un cielo mucho más contaminado y con mucho más ruido y, a pesar de que es una morada muchas veces inhóspita, fría y llena de prisas, alberga ya muchos buenos momentos de los que sólo el futuro adivinará los posos.

Caminando hacia el hogar, en una de esas charlas que surge porque sí, me alegré al saber que alguien que lleva algo menos de tiempo aquí también siente este asfalto suyo. Esto, sin duda, es lo mejor de Madrid. Es de todos, mío y nuestro, y de nadie a la vez.


1 comentario:

  1. Haz de cada suelo que pises,tu hogar..
    Madrid ya es muy mío y tuyo,como no.

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