sábado, 13 de noviembre de 2010

De Gainsbourg o de cómo se enturbia todo

A quién le importa que este verano me diese más fuerte por el cine que por los bares. Lo que importa es que vi esta película y quise creerme todo de este cuento a modo de biopic de Serge Gainsbourg.



Hay un niño conquistador, un galán, un Don Juan imberbe que dibuja y que también es perseguido por sus fantasmas. Unos grimosos grandes bichos afiliados que tanto miedo le daban a Pon que estaba a mi vera contemplando. Nuestra casa estuvo llena de gemidos de B.Bardot toda la semana, ¿o fueron más?

La introspección, la perspectiva subjetiva, el ojo de pájaro espectral se encadena con un orden cronológico de pintura, bares, Le Poinçonneur des Lilas, alcohol, Brigitte Bardot, Jane Birkin, los preciosos zapatos de Birkin, drogas, alcohol, orgía, polémica, hijas, drogas, alcohol...

Físicamente horrendo resulta increíblemente seductor. El actor Éric Elmosino, lo clava. El gesto, el movimiento, la entonación, el porte.


El siempre triste final de vidas así, la hecatombe, la ruina colonial de su pasado y su drogadicción, no eclipsan la serpentina de imaginación que insufla el Lucien pequeño.
Y de broche, un guiño a la sugerente escena del piano, morbosa hasta decir basta y de la que nace una no menos sugerente canción.



Y así, sin más, lo de siempre,

Je T'aime Moi Non Plus

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