domingo, 26 de septiembre de 2010

De perdidos al río


Una caña y ya, a casa. Y cuando te das cuenta Nabila escribe con buena letra la dirección de mi blog en la libretita del taxista, todo porque se alegró de que no fuésemos a Pachá, al parecer "nunca vayais ahí".

Es curioso cómo empiezan estas noches que no deberían haber sido noches y que se traducen en Sofía haciendo la "rrrr" en la ducha y pensando "si es que siempre igual". Pero es que en esta vida no todo es trabajar y los hielos pueden ser desterrados a favor de una voz cristalina "gallos" free.

Pero ayer, quizás hoy, tuvo momentos de explosión de sabor como hacía casi un año que no tenía. Casa Julio y sus croquetas, menciones a sus famosos clientes aparte, volvió a hacer las delicias de mi caudaloso paladar. Esa bechamel, densa, cremosa, deliciosa... es un placer, sea de lo que sea la croqueta.

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